Biografia de Diego Torres

Diego conoció el escenario desde muy pequeño. Fue a los cuatro años cuando, de repente, entró a escena en el Teatro Odeón de Buenos Aires para ganarse la primera ovación del público porteño. Y no fue por casualidad, Lolita Torres, su madre -una de las grandes estrellas de la canción y el cine hispano-, se presentaba con la orquesta de Ariel Ramírez cuando él se encaramó en las tablas para interpretar el charango, un instrumento de cuerdas típico del norte de Argentina.
En su familia Diego es el más pequeño. Compartió toda su infancia y gran parte de la adolescencia en una casa muy cálida y llena de magia de un antiguo barrio de Buenos Aires. Allí convivió con sus hermanos Santiago, Angélica, Marcelo y Mariana -estos dos últimos cantante y actriz, respectivamente-, su madre y ?El Lole?, su padre, quien siempre aportó el equilibrio de contención y firmeza de esta familia tan particular.
Desde su llegada al mundo, el 9 de marzo de 1971, el entorno artístico en el que convivió le permitió forjar sólidas bases para desarrollar su prematuro talento. Con su madre, descubrió la pasión por la música a través del piano. Así también, desde temprana edad, demostró interés por el cine, maravillándose con las actuaciones de sus actores favoritos del cine americano como Dustin Hoffman o Al Pacino, Luis Sandrini, Tita Merello o su madre, entre las figuras clásicas del cine rioplatense.
Y es que desde la cuna aprendió el valor de los afectos y la importancia de ser tolerantes con quienes compartía a diario. ?Me raya la falta de respeto mutuo entre los jóvenes y los mayores, los prejuicios, la falta de humor?, reconoce. ?Soy un chico cool y simple, nunca creí ser una estrella. Es bueno tener una puerta de comunicación con la inocencia?, sostiene.
Diego conoció el amor mucho antes de interpretarlo en sus canciones. Cuando recuerda el primer beso, su memoria lo lleva a unas vacaciones en la costa sureña, donde no sólo experimentó la sensación de rozar los labios de una muchacha, sino, también recuerda, ?la hincó en un diente?. El humor con que relata esta experiencia, ha sido un ingrediente básico en su receta para hacer de cada momento vivido, uno inolvidable.
?A los 15 años hice el amor por primera vez. Todo fue gracias a la ayuda de mis hermanos que llamaron a una chica. Era muy profesional, y realmente fue muy divertido, muy gracioso, de una sensación rara?, recuerda, ?después me dije: ?¿Era esto???, rememora con gracia.
Desde su barrio, sus amigos lo piensan como un seductor. Entre ellos, él era el más popular a la hora de robar corazones. De todas maneras, fue siempre claro en lo que buscaba: una mujer inteligente, divertida y que, preferentemente, guste de la música y así compartir sus momentos especiales e inspirarlo. ?Es muy importante que sus ojos sean transparentes, que la mirada sea sincera y verdadera. Es lo que me enamora de verdad?, reconoce.
Ese ideal de mujer se manifestó en su gran amor: Angie Cepeda. Ella es la destacada actriz colombiana que se hizo conocer internacionalmente a través de la exitosa telenovela Luz María. Juntos, forman una relación en la que dos personas trabajadoras respetan sus tiempos y sus profesiones. Ambos tienen muy claras sus metas y saben que asimilar esas reglas de juego les permite afianzarse como pareja. ?Los dos tratamos de combatir los egoísmos y las mezquindades?, explica.
Tanto él como ella se mueven en ambientes donde merodean muchas tentaciones, pero Diego reconoce que es muy tranquilo, buscando en su pareja un espacio de paz. ?Jamás me subí a la moto de símbolo sexual, tal vez otro tipo en mi lugar lo haría, pero yo soy romántico y no preciso andar ?histeriqueando? por allí?, precisa. Angie es la persona sensible que lo hace crecer y lo estimula. Reconoce que Diego es su equilibrio y la persona que la hace divertir. ?Siento que es mi complemento perfecto?, afirma.
Sin embargo, no hay dudas de la química que inevitablemente los ata. Tanto Diego como Angie, viven una vida un poco complicada y la naturaleza los une cuando la fama los envuelve. ?Por ejemplo, atardeciendo en la playa?, comenta Diego de sus momentos de esparcimiento, ?en un barco anclado, nadar hasta la orilla, champagne e irnos juntos a la cama... hacer el amor, despertarnos al otro día y así repetir lo mismo hasta el infinito?.